MARIBEL Y LAS COSQUILLAS DE MI OREJA

Agosto 2015 (3b)

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Esta mañana, acompañado de mi hermano Juan la he visto de nuevo, en su casa, Maribel me reconoció con alegría al llegar, pero cinco minutos después se le había olvidado quien soy, solo para volver a encontrarme en alguna neurona escondida de su cabeza otros cinco minutos mas tarde, durante un momento se preocupa mucho por su memoria, se enfada por haber olvidado, aunque solo sea por un momento, que soy hijo de su hermano Carlos, -¡como es posible!- exclama, aunque al instante siguiente se le olvida que se le había olvidado, se le olvida que estaba preocupada y sonríe de nuevo, y así estamos, me acuerdo… no me acuerdo y me vuelvo a acordar.

Noventa años van oscureciendo el otoño en el jardín desolado de sus manos siempre abiertas. A solo cincuenta metros del Mediterráneo, rabioso de luz y de azul, naufraga poco a poco en la desmemoria como una fragata desarbolada, mientras yo, mirándola, me enfrento de nuevo al eterno llanto del alma y el espejo, al óxido chirriando en las bisagras de la caja de acordes devastada por la sal de los años.

Justo en el borde soñoliento de la edad abrimos juntos el antiguo cofre sepia de los recuerdos, y pude comprobar su excelente memoria para caras y eventos de hace 40, 50 o mas años, buscamos llaves perdidas, abrimos la polvorienta biblioteca del pasillo, recuperamos alguna vieja carta de la abuela. Disfrutó como una niña con unas pocas viejas imágenes… y al volver a casa me vino a la cabeza una vieja sensación, la que me dejó con 4 o 5 años de edad oírla hablar con mi oreja sobre su pecho (creo que por alguna razón me cogió en brazos). Sentí sorprendido las palabras vibrando en su cuerpo al tiempo que un suave cosquilleo parecía reírse en mi oreja, y esa sensación –rememorada de nuevo- ha sido como algo que te abraza, te envuelve, te sostiene con firmeza, y no te deja caer. ¿no os ha pasado nunca?

Ella tiene muy poca memoria, pero sigue siendo sensible, muy sensible… ¡al afecto!.

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LA PRINCESA Y EL SAPO

sapo y princesa

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Los mitos, las leyendas y los cuentos, constituyen en muchísimas ocasiones la base narrativa de una buena parte de experiencias reales.

Por ejemplo, es fácil darse cuenta de que “El Patito Feo” no es un simple cuento infantil, el que sepa leer con un par de neuronas inteligentes podrá encontrar similitudes en la vida real, sin ir mas lejos, ¿no se parece su historia a la de la Reina de España?. Otras veces los lectores encuentran una doble posibilidad, por ejemplo en el brutal cuento de Caperucita Roja (el original de Charles Perrault, no los edulcorados posteriores), el autor obviamente quiere advertir a las jovencitas que si se salen del sendero correcto pueden acabar “devoradas”, incluso al final del cuento hace una comparación sin tapujos del lobo con un depredador sexual, pero muchas de sus lectoras tomaron el cuento al revés, el camino era seguro, si, pero aburrido, demasiado aburrido, fuera del sendero está el peligro… ¡pero también la aventura!, ¡El placer prohibido!

Sapos y princesas son igualmente personajes recurrentes en muchísimos cuentos, si le pedís a San Google que os muestre imágenes sobre fotos de sapos y princesas os ofrecerá un montón de dibujos infantiles y unas pocas fotos con unos textos llenos de humor irónico, de desengaños, y de un cierto grado de resentimiento vital; dicen por ejemplo: “Soy otra víctima de Disney que busca a su príncipe azul y su final feliz en un maravilloso cuento, todas esas mierdas irreales con las que nos comían la cabeza de pequeñas” o esta “En los cuentos infantiles las princesas besan a los sapos que se convierten en príncipes, en la vida real, las princesas besan a los príncipes que se convierten en sapos” o esta otra “Ni príncipes, ni sapos, ni princesas, es hora de dejar de creer que nuestra vida es un cuento de hadas, la realidad puede ser maravillosa”, hay cientos de frases así. Y estos textos en parte llevan razón, pero solo en parte; intuyo firmemente que para tener un buen grado de felicidad, entre otras cosas, hay que levantar la cabeza y mirar sin miedo al cielo de la fantasía, eso si, apretando firmemente los pies contra la tierra, pero ya os digo, no me hagáis mucho caso pues al fin y al cabo solo soy un aprendiz de duende con mucho miedo a meter la pata.

Hace pocos días oí a Andrés Aberasturi contar una genial historia con la que me sentí tan identificado que me encantaría compartirla con los que frecuentáis esta Caja de Acordes, no la he encontrado escrita en ningún sitio, Andrés la contó con su voz láguida envuelta en música un domingo muy temprano en RNE así que me fiaré de mi memoria y lo que recuerdo decía poco mas o menos así…

 

La princesa, vestida con un traje de tafetán bordado y un lazo en el pelo estaba triste, llevaba mucho tiempo melancólica y abatida. En los jardines de palacio, cerca de su aposento, había una charca donde cada noche un grotesco sapo cantaba a la luna, un horrible sapo que se sabía feo y contrahecho, con el sol su fealdad ocultaba, y de noche cantaba una triste letanía, un sapo que andaba a trompicones y que llevaba varios meses sin atreverse a dar el salto, aquella noche de luna llena se lanzó, de un gran brinco subió a la ventana encaramándose luego sobre una preciosa caja de música que había en el tocador y que la princesa miraba con sus ojos tristes, al son de las notas bailó repetidamente un absurdo ballet sobre una sola anca, cuando percibió que la princesa se había percatado de su presencia, la saludó ceremoniosamente con una inclinación, pero la princesa… ¡ay¡… la princesa seguía muy triste. Como el baile no surtía efecto el sapo se jugó su última baza, puso caras simpáticas, se deshizo en risas, voló besos… contempló sus gestos la princesa durante un buen rato, observó sus muecas y sintió como los besos volanderos rozaban sus cabellos alborotados, sonrió entonces por primera vez en mucho tiempo y acercó sus labios al sapo… Su padre, el Rey, que había contemplado toda la escena, al ver que la joven iba a besar al sapo advirtió alzando la voz:

 

-¡Cuidado hija!… ¡Mucho cuidado!, según la última encuesta del CIS tan solo el 2% de los sapos besados por princesas se convierten en hermosos príncipes, mientras que el 97%… ¡salen ranas! -.

 

La princesa quedó pensativa, se puso a sumar con los dedos durante un buen rato. Cuando concluyó las operaciones matemáticas, con gesto extrañado preguntó a su augusto padre:

 

– No me salen las cuentas padre, ¿y el 1% que falta? -.

– Ahhhh- respondió el Rey- ese 1% hija “nosabe,nocontesta”.

 

La princesa, dudó un momento, cogió al sapo con dulzura besándolo larga y cariñosamente… ¿y que crees que apareció?. De pronto, de una gran nube de ceniza dorada que envolvió al sapo y a una gran parte de la regia estancia surgió un “nosabe,nocontesta”, nada apuesto, nada rico, incapaz de montar a caballo, que miró a la princesa entre divertido y descarado, extendió sus brazos muy lentamente hasta que sus manos rozaron con suavidad las mejillas reales, y aquella caricia del ni apuesto, ni rico “nosabe,nocontesta” no fue el principio de nada porque el amor que debía unirles entonces carece de pasado y de futuro, era grande y estaba fuera del tiempo, pero la princesa esperaba un príncipe cercano, la princesa era humana, y como los humanos que todo lo censuran, lo miden y lo juzgan fue incapaz de reconocerlo alejándose de él.

 

A estas alturas del cuento ya habrás imaginado, querido lector, que yo soy uno de esos últimos “nosabe,nocontesta”, que habita este planeta vuestro descreído, tan falto de magia como sobrado de soberbia.

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https://www.youtube.com/watch?v=pkfB5SzoKnw

 

 

 

 

LOS PIRATAS

Pirata

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Anaïs Nin, escritora francesa hija de cubanos dijo hacia la mitad del pasado siglo “No vemos jamás las cosas tal cual son, las vemos tal cual somos”, seguramente por eso hay quien ve el mismo vaso medio lleno o medio vacío. Percibimos las cosas con nuestros sentidos y después nuestro cerebro les da la “nuestra interpretación razonable”, todo ello catalizado por nuestra propia emotividad, ya sabéis que soy de los que piensan que no hay razón sin emoción.

Y estos renglones pretéritos vienen al caso de una curiosa anécdota que me contaron en la antesala de un juzgado en la que actuaba como perito. Las largas esperas en los pasillos judiciales a las que estamos sometidos peritos y abogados facilitan charlas con el desconocido que a veces se sienta a tu lado con ganas de hablar. Lo que sigue me lo contó una mujer de unos 50 años con fuerte acento británico en una de estas esperas en un juzgado de Marbella, ignoro si el relato es cierto, pero como tal me fue relatado y como tal lo cuelgo en esta caja de acordes.

Corría el año 1995 en la antesala de un médico forense en algún lugar de la costa oeste de los EE.UU. La mujer de unos 30 años, atractiva, aguardaba su turno para que el médico realizara su valoración de secuelas tras un grave accidente de moto. Llevaba un rato aguardando cuando entró en la sala de espera un señor con su hijo de unos 7 años que llevaba un llamativo parche negro en un ojo, se sorprendió de la naturalidad con que el pequeño llevaba la pérdida de su ojo y como jugaba con unos pequeños barcos de plástico que paseaba por los brazos del sillón, luego siguió jugando en el suelo. Como la sala de espera estaba bastante concurrida tuvo bastante tiempo para entrar en amable conversación con el padre, sin dejar de observar los juegos del niño y de sentir cierta pena por él.

Al cabo de un buen rato tuvo oportunidad de preguntar al chico que le había pasado en el ojo, el muchacho la miró, y siguió jugando unos instantes, como cavilando la respuesta para detenerse de pie y delante de ella levantándose el parche contestó: -No me pasa nada en el ojo, ¡Soy un pirata!.- . Y siguió jugando entusiasmado con su barquitos.

Esta joven estaba allí porque había perdido una pierna de rodilla para abajo en el comentado accidente de moto, aún no tenía colocada la prótesis y el importante menoscabo de su integridad física había sido psíquicamente una tragedia para ella que se consideraba casi una inválida. Sabía que físicamente podía desarrollar casi todas su tareas habituales pero emocionalmente se veía con un cuerpo incompleto y no acababa de aceptar la realidad de la amputación, pero aquella palabra, –“PIRATA”- , en unos instantes, iba a cambiar su forma de verlo todo.

Acababan de estrenar una película titulada “La Isla de las Cabezas Cortadas” protagonizada por Geena Davis y se imaginó así misma como una piratesa con su pata de palo, agarrando con fuerza el timón de su galeón, con la blusa generosamente desabrochada empapada de mar y de sal, la cabeza erguida, el cabello ondeando al viento mientras daba las órdenes de maniobra a su tripulación que obedecía entusiasmada a su preciosa capitana en medio del fragor de la batalla…. Y la propia imagen de triste inválida se desvaneció en su mente… y una bocanada de aire fresco inundó sus pulmones… y una sonrisa cómplice se dibujó en su rostro.

Unos minutos después la enfermera irrumpió en la sala pronunciando su nombre, la joven cogió sus dos bastones ortopédicos semiescondidos bajo su asiento y caminó despacio hacia la puerta del consultorio. Entonces el niño percibió su defecto.

  • Señora – dijo con cara de asombro -¿Qué le pasa a su pierna?.

El padre del chico se dijo «tierra trágame», y se hundió avergonzado en su sillón.

La mujer se detuvo, miró su amputación, acarició al pequeño y le contestó con una sonrisa…

  • En la pierna no me pasa nada, ¡Yo también soy un pirata!-.

Fue en ese momento cuando salió la agente judicial y voceó… Sra. Leonor Smith, pase por favor .

Mi interlocutora, se despidió de mi, se levantó dirigiéndose a la puerta de la sala de audiencias y, no se si fue mi imaginación, pero la vi cojear ligeramente mientras se alejaba con parsimoniosa lentitud.

ENTRE SUEÑOS ANDA EL JUEGO

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Dice Ana Mª Matute que “El cuento es astuto. Se filtra en el vino, en las lenguas de las viejas, en las historias de los mitos y los santos. Se vuelve melodía torpe en la garganta de un caminante que bebe en las tabernas y toca la bandurria. Se esconde en las calumnias, en los cruces de los caminos, en los cementerios, en la oscuridad de los pajares. El cuento se va pero deja sus huellas. Y aún las arrastra por el camino, como van ladrando los perros tras los carros, carretera adelante. El cuento llega y se marcha por la noche, llevándose debajo de las alas la rara zozobra de los niños. A escondidas, pegándose al frío y a las cunetas, va huyendo. A veces pícaro, o inocente, o cruel. O alegre, o triste. Siempre robando una nostalgia con su viejo corazón de vagabundo”.

Y bien, me he atrevido a escribir un pequeñísimo cuento infantil, como los anteriores podéis descargarlo en formato PDF y listo para imprimir en papel DIN A5. Escribir un cuento para niños es mas difícil de lo que me parecía, espero vuestra benevolencia.

En este cuento de solo 13 páginas encontrareis a Pablo, un niño algo travieso que sueña despierto, un niño que no quiere hacer los deberes, encontrareis también al mismo Pablo adulto, a su amiga Mosca con la que Pablo solía distraerse, os topareis con un aprendiz de duende guardián de una extraña y mágica puerta y, sobre todo, os encontrareis a un delicioso sueño… un sueño que sueña…

Tomé de Internet algunas imágenes que manipulé con photoshop para ajustarlas al texto.

Un pequeño obsequio para niños inquietos y para algún adulto que se niegue a crecer, ¡No pasa nada!, al fin y al cabo algunos médicos pensamos que la etapa mas larga de la vida es precisamente la infancia.

Podéis descargarlo pinchando AQUÍ.

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LA PEQUEÑA ALMA Y EL SOL (otro ¿cuento? infantil)

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Mañana, el leve peso del aire bastará para sostener tu felicidad.  

Rosa Sin-mas

Querido lector/a:

La vida nos lleva muchas veces por los mas extraños senderos y quien me iba a decir hace solo unos meses, que los últimos días de este caluroso mes octubre los iba a pasar al lado de algunos de mis seres mas queridos, en una ciudad para mi desconocida (Albacete), con los ojos bien abiertos y los oídos del alma muy atentos a todo lo que transmitían los conferenciantes del VII Congreso Internacional “Vida después de la Vida”. Dos jornadas completas de ponencias dan para mucho y como en todo gran congreso hubo su cal y su arena, cosas que me resonaban como auténticas y sentidas y otras que hacían chirriar con estruendo a mis sinapsis neuronales.

Como no puede ser de otra manera, el mundo espiritual está lleno de incógnitas y parece obvio que nunca llegaremos a tener ninguna certeza científica de su existencia o no existencia, pero estas reuniones –si sabemos usar bien nuestras dotes intuitivas- pueden servir para acercarnos o alejarnos de lo que creemos y/o esperamos.

Algo me ha llamado la atención en este evento, algo que viene a reafirmar una vieja y ancestral creencia; todos los conferenciantes parecían coincidir en un dato, y es que estamos encarnados para experimentar, para saber, para sentir, para avanzar. Y este avance parece imposible fuera de la encarnación.

Ya hace años el autor Neale Donald Walsch en su serie “Conversaciones con Dios” sugería esta idea que, a mi particularmente, me resuena como auténtica ya que daría una explicación razonable incluso a las peores cosas que puedan pasarnos en nuestras vidas.

Hoy te ofrezco un pequeño ¿cuento para niños? que ilustra esta atractiva idea espiritual escrita por el mismo autor. El Sr. Walsch dice que la escribió solo para niños, pero discrepo, creo que debe hacerse una lectura atenta. Si buscas un poquito de tu tiempo, haces un reposo en tu camino, te sientas con un café o una copa de buen vino, te relajas y recorres con la mente a las personas y a los lugares que hayas amado, soñado o llorado empezarás a encontrarte a ti mismo y estarás en condiciones de leer y entender el cortísimo cuento (solo 8 páginas DIN A5) que te ofrezco.

Puedes descargar el PDF pinchando AQUÍ, te sugiero encuadernarlo en canutillo ya que es la segunda entrega de un total de cuatro cuentos, (el primero publicado en septiembre pasado –El Hada de los Ojos Glaucos-). Ojalá disfrutes de su lectura.

cartel2014

EL HADA DE LOS OJOS GLAUCOS

Hoy le toca a los peques. El 20 de mayo de 2009 se publicó en nuestra Caja de Acordes una entrada con un mini cuento de Teresa Andruetto.

Por aquel entonces mantenía una especial y entrañable correspondencia con mi pequeña amiga Clara a la que me he referido en la entrada anterior (¿Quien es el mago?), uno de los envíos fue este pequeño cuento (se lee en 10 minutos) que ahora os ofrezco. He obtenido su permiso y el de su madre para publicarlo. Ya sabéis que una carta pertenece siempre al que la recibe, no al que la escribe. Los buenos cuentos siempre tienen moraleja y si leemos bien, también los adultos podemos sacar alguna que otra enseñanza de sus páginas. En las páginas de «El Hada de los Ojos Glaucos» os encontrareis un singular Árbol de la Vida, un montón de haditas revoltosas y un aula de «Filosofía de la vida» en donde la profesora (Sofia) enseña sus primeras lecciones a sus pequeñas alumnas.

El PDF que os podéis descargar pinchando en la portada o AQUÍ (y escogiendo la opción “guardar”) está preparado para ser impreso en formato DIN A5, son solo 12 páginas y si tenéis algún pequeño cerca me atrevo a sugerir que lo imprimáis y encuadernéis en canutillo, queda muy bien y prometo subir al menos dos cuentos mas para hacer una pequeña colección.

Buscad un ratito con vuestros hijos o nietos… y adelante con su lectura.

¿Alguna música para acompañar esta lectura?, ¡claro que si!, os aconsejo la que podeis oir pinchando AQUI.

Portada Hadas ojos Glaucos

¿QUIEN ES EL MAGO?

Las cartas de Clara

Las cartas de Clara

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“Si llorases con mis lágrimas / y rieses con mi risa. / Si mintieses con mis mentiras / Lo sabrías !”

(Rosa Sin-mas)

Fue hace solo unos días, en las tierras de Elche…

El calor era agobiante, el sol ardía y avanzamos lentamente entre el parque de palmeras que ofrecían, al unirse, sombras piadosas que olían a descanso, a viento de levante y a verde húmedo, pero las sombras y los abanicos de cartón que nos había regalado la simpática chica que atendía la oficina de turismo eran solo un ligero consuelo. Primero llegó el sofoco y luego la sensación de cansancio para finalizar con un sudor profuso que mojaba nuestras ropas empapándonos de verano en la ladera del Vinalopó, la mas pequeña de mis acompañantes aguantaba sin pestañear pero la mayor estaba tan acalorada como yo y con la lengua tan fuera como la pobre víctima de una película de Alfred Hitchcock…-

-¿Y si volvemos al “Milenio”? (El hotel)-, los ojos mis dos amigas fueron tan elocuentes como la sonrisa de un padre cuando su hijo aprieta su mano por vez primera… ¡Obviamente había que regresar al refugio del aire acondicionado en los salones del hotel!.

Una buena ducha para los tres fue un excelente y refrescante regalo de medio día en plena canícula, después nos sentamos a charlar en la paz fresquita de los salones del nuestro refugio.

Había traído en mi maleta un curioso juego de cartas de adivinación, parecido al tarot, llamado Oráculo de Luces y Sombras con los increíbles dibujos de las hadas y otros extraños personajes de Jasmine Becket-Griffith que podéis ver si perdéis unos minutos pinchando aquí .

Mi pequeña amiga Clara, de solo 13 años, me pidió inmediatamente una sesión de cartomancia y en unos instantes quedó entusiasmada con las cartas, su dibujos, y el proceso “adivinatorio” que se descubría al levantar cada naipe…. El hada roja gruñona la regañaba por haber hecho algo mal, el ángel de la alquimia le daba fuerzas y salud, mientras la sirena de las alcantarillas le enseñaba que hasta en los lugares mas oscuros puede existir la belleza y la ternura…

Quise entonces incrementar el misterio del momento y saqué de mi bolsillo una pequeña tortuga hecha con una cáscara de nuez y unos pequeños trozos de madera que hacían a modo de cola, cabeza y patas. El diminuto juguete tienes mas años que yo mismo, y esconde un viejísimo secreto (que no voy a revelar) para poder moverse aparentemente con vida propia cuando yo lo desee, los “sobrenaturales” movimientos de la tortuga de madera y cáscara de nuez acompañando a la apertura de cada carta acabaron por entusiasmar a mis dos acompañantes que miraban con sus ojos claros, asombrados y asombrosos, a cada hada parlanchina o a cada personaje gruñón sin perder de vista a la misteriosa e inquieta tortuguita.

 

Pero, para mi sorpresa, fue entonces cuando la verdadera magia empezó a producirse…

-Haz mas magia porfaaaa.. – me pide Clara mirándome con los mismos ojos irresistibles que pone el gato con botas en la conocida película de Shrek…

 

Y la Dama de Azul (esa que podía estar en dos sitios a la vez) vino en mi ayuda, una parte de mi seguía charlando sobre la adivinación y las cartas, mientras “mi otro yo”, inspirado por la mirada de mi amiga, respiró hondo como hace la paz y cerró lentamente los ojos como hace el sueño…

Recordé entonces los dibujos que me enviaba mi pequeña amiga cuando solo tenía ocho años, y sus fotos con los mas insólitos disfraces, cada papel transmitía su risa y sus palabras como un celestial magnetofón, y sentí como mis dos acompañantes, sin pretenderlo, cosían poco a poco un par de alas a todos mis deseos, y Clara, sin saberlo, en sus infantiles dibujos dejó escondido dentro de una cápsula del tiempo lo que dice el comienzo de la poesía de A. García…

En un trozo de papel / con tan solo un lapicero / dibujé una escalerita / remachada con luceros

escalera que, en este caso, me subió hasta la cima de una sonrisa para soltar desde esa altura cientos de globos, todos llenos de pensamientos con los colores de la alegría…

Pero estábamos en Elche, los globos estallaron entre cohetes de fiesta dejando caer hilos de sutura que repararon todas mis palabras descosidas… cera virgen que cerró las grietas de todos los dolores pasados y un bálsamo verde esperanza que suavizó las cuencas de las sonrisas que nunca se abrieron.

No fue necesario que mi corazón se mudara al cuerpo de una rana ni que el beso de una princesa me despertara.

Sentí a mis dos amigas reír con mi risa.

Entonces lo supe, pude leerme arrancado de mi las vocales muertas.

Abrí mis manos y las encontré llenas de toda la vida…

  • Jorge haz mas magia, -pide Clara de nuevo.- Tú eres el mago…
  • Si, Clara, si… -sonreí irónicamente- … yo soy el mago.

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JORGE Y PABLO. -MIS DOS CEREBROS-

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Dicen que nuestro cerebro está dividido en dos mitades, es verdad, todos sabemos eso, lo hemos visto en multitud de dibujos, fotos e ilustraciones. Algunos, además, hemos tenido la necesidad de estudiarlos y tener un cerebro real sujeto con las manos en la sala de disección o de autopsias.

Si, sabemos eso de los dos hemisferios cerebrales, lo que ya no está tan claro es que –según dicen algunos psicólogos- la mitad izquierda tiene siempre un pensamiento pragmático, un pensamiento que nos dice que solo es verdadero aquello que funciona, aquello que podemos comprobar con nuestros sentidos o con las herramientas adecuadas y el hemisferio derecho sin embargo tiene otra forma de hacer las cosas mucho mas anárquica, funciona un poco a “chispazos”, dicen que es el cerebro creador, el que intuye, el del pensamiento mágico, quizás el que se emociona…

Hace unos días, el 21 de junio, estuve en una boda, un gran acto de amor, y al regresar muy tarde a casa, mi cerebro, -mis dos mitades (llamémoslas Jorge y Pablo)- comenzaron a discutir sobre la sobre la esencia de ese motor fundamental de nuestro mundo, mis dos mitades discutían sobre el amor…

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Cerebro Izquierdo (Pablo): – No seas romántico Jorge, el amor es solo física y química.. ¡Y lo sabes!, cuando encontramos a la persona deseada estrujamos un poco el hipotálamo que va a enviar un señal a esas tontorronas glándulas que tenemos justo encima de los riñones, allí, bruscamente aumentará la producción de adrenalina y noradrenalina, cuyos efectos son instantáneos…. Aumento del ritmo cardiaco (fácilmente hasta 130 pm), aumento de la presión arterial (solo la sistólica), aumento en sangre de azucáres y salida al torrente sanguíneo de las reservas de glóbulos rojos estacionados en el bazo.. –

Cerebro Derecho (Jorge): – Si Pablo, es verdad, ya lo dijo alguien en la antigua Grecia, “Hay dos cosas que el hombre no puede ocultar: que está borracho y que está enamorado” , pero eso que tu describes es “deseo”, ¿Qué me dices del enamoramiento?.

Pablo: – Ufff… es un poco mas complejo compañero, pero el verdadero enamoramiento tiene lugar cuando tú y yo producimos esa sustancia que se llama FENILETILAMINA (una anfetamina natural), esta a su vez nos obliga a producir dopamina (un neurotransmisor que nos da la capacidad de desear algo) y también norepinefrina y oxitocina que como bien sabes además de estimular las contracciones uterinas y producir leche son mensajeros químicos sexuales muy potentes…  la combinación de todo esto da lugar a los arrumacos y arrebatos amorosos.. En resumen es la FENILETILAMINA la que nos hacer ver el mundo de otro color, la que nos pone “tontitos”.

Jorge: – O sea, que las anfetaminas naturales, nos ponen a 100 por hora…

Pablo: – ¡Exactamente colega!, pero con el tiempo el cuerpo se va haciendo resistente a estas sustancias y la pasión se desvanece en dos, tres, o cuatro años a lo sumo. Después de ese tiempo se acaba el “enamoramiento”.

Jorge: – Mira Pablo, yo veo que el amor llega a nosotros de otra forma…

Pablo: – ¿Ah si?… ¡A ver!.

Jorge: – Es rápido y corto colega, te lo describiré a mi manera… primero todo nuestro mundo celular se queda “como quieto”, completamente enlentecido, una especie de “rum rum” sonoro llena nuestros surcos cerebrales, un pequeño milagro de actividad nace en el alma (si, si… en nuestra alma, algo que no somos ni tu ni yo), mientras, a lo lejos, entre azulados y blancos resplandores, entre acordes de un himno inefable, se vislumbra un océano de luz que avanza y se aproxima… y tus células y las mías lo presienten….  Y se ponen de puntillas las neuronas, y se abre el corazón con la sorpresa de los músculos por verlo, empiezan a tiritar nuestras arterias… y así, en unos momentos, llenos de una extraña paz, nos quedamos inundados por el REY, por el AMOR, el alma del mundo que llena la vida.

Pablo: – Ja, ya estás como siempre…   ¡Eres un romántico soñador!.

Jorge: – Puede ser, pero soy real, mas de una vez he sido yo -con mi intuición- el que ha dado con la solución de un problema, estoy aquí, contigo, metidos los dos en el mismo cráneo, no te queda mas remedio que aguantarme, no te queda mas remedio que pensar conmigo. Oye Pablo, a mi me gusta estar enamorado, pero…  ¿y a ti?

Pablo: – Tengo que reconocer que si, ¡Claro que me gusta!, pero el efecto de la etilfenilamina se agota,  ¡Con la pareja solo somos física y química!

Jorge: – Vale Pablo, no te lo niego, pero añadamos otra asignatura con la pareja…  ¡Añadamos HISTORIA!.

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Y mis dos mitades sonrieron, estrecharon sus neuronas y llegaron a un acuerdo, había que hacer historia, Jorge indagando entre libros descubrió la solución al agotamiento de la pasión en una frase de un artículo de Lola Clavero.

Para hacer historia con tu pareja hay que: “Buscar una unión sólida que basada en los vínculos de la comunión de gustos, la empatía espiritual y el compañerismo haga placer de la rutina y resista a los embates del tiempo mas allá de la carnalidad inmediata. (Lola Clavero)” 

Por su parte, Pablo que estuvo de acuerdo con la frase de Lola Clavero, pero siempre prágmatico, descubrió que esa forma de amor sosegado también tenía su base química, las “endorfinas”, aunque por fortuna para todos, las endorfinas no crean resistencias, ¡son para siempre!. Quizás sea porque AMAR ESTA EN NUESTRO CODIGO GENETICO.

Jorge y Pablo llegaron también a una afirmación plenamente consensuada… Los latidos del corazón son también una fuente de conocimiento,

Están bien la física y la química pero…. ¡Hagamos historia!.

PASEO AL AMANECER

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Domingo.  Aún no son las siete de la mañana y no sé por que pero tengo los ojos como platos… hoy es el día, hace tiempo que deseaba experimentar un paseo madrugador, la lluvia de esta noche ha refrescado la atmósfera y el cielo aparece cubierto.

Y ha ido bien, porque si no hubiera salido de paseo no hubiera visto el singular nublado malagueño en el recién nacido mes de junio, no hubiera escuchado el «rum rum» suave del viento acariciando las hojas de los árboles en un parque silencioso, casi sin tráfico, no me hubiera perdido en los senderos ocultos de los jardines de Puerta Oscura.
Si no hubiera salido de paseo no hubiera podido reflexionar y sentir que cuando el amor es auténtico se ama porque si, sin motivo, sin razón, sin necesidad de justificación y es precisamente esa sinrazón lo que nos hace valiosos como personas, porque amar está en nuestro código genético.

Si no hubiera salido a pasear tan temprano no habría sentido el calorcito de mi pañuelo en el cuello, no hubiera apreciado una respiración ágil acompañando mi esfuerzo,  no se me habría asomado una sonrisa al sorprender en un rincón del parque los labios enlazados de dos adolescentes sin sueño, aprendiendo a enamorarse al amanecer.

Si no me hubiera puesto mi chaqueta ligera y calzado mis MBT hubiera iniciado  el día en casa entre papeles e informes, no me habría besado una luz naciente llena de esperanza, no me habría rozado la brisa mañanera, no me hubieran saludado los vuelos de las gaviotas que presumo pescando libres al borde del Mediterráneo.

Si no hubiera subido hasta Gibralfaro sin ti, te hubiera echado de menos exactamente igual, pero así, caminado despacio entre pinos, me he saciado de primavera, de olor a romero, de gorriones en vuelo rasante y de ti.

Café en el Parador y regreso…

Y ahora al volver a casa, estrujo mi corazón de sus vivencias, como si fuera una esponja, sobre el teclado de mi PC para contar mi singular paseo en esta entrada de Junio estando contigo sin ti. Amándote en mí conmigo, mientras me ayudas a abrir -respirando de nuevo- el libro sepia de los cuentos antiguos.

RESURRECION, BUSCANDO EL MAR.

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20 de abril de 2014

Hoy es Domingo de Resurrección. El gris del cielo se ha desplomado sin llamar y sin permiso en mi habitación, pero no he dejado que se colara también en mi cabeza, ¡faltaría mas!, hoy he decidido estar contento. Me asomo al balcón, llueve copiosamente sobre Málaga, incesantemente, se mojará la procesión mientras mi Plaza de las Flores y la calle Larios sueñan con llegar al puerto, sueñan -sin saberlo- con hacerse mar.

Me gusta, ya sabéis, la lluvia y la tormenta, probablemente por pura nostalgia, cuando oigo llover me puedo quedar un buen rato en silencio, hechizado por el tableteo de las gotas de agua que componen una extraña melodía al romperse limpias y puras contra el cristal. Veo, absorto y paralizado como se forman riachuelos que van arrastrando papeles, cartones, hojas caídas, colillas…. y es entonces cuando puede verse como las calles, lentamente, sueñan con volcarse al Mediterráneo, puede sentirse como las calles buscan el mar.

El aire se limpia, y puede ayudarnos a ver las cosas de otra manera, algunas veces la lluvia se lleva el cansancio y el hastío, y desde luego casi siempre se lleva la rutina. Pero a cambio trae otras cosas, recuerdos, olores, pensamientos, ideas…  el sonido de la lluvia puede ser hipnotizante… Reflexionad un momento… ¿No os parece que cuando nos quedamos contemplando la lluvia lo hacemos siempre con ojos mas jóvenes?.

Tal vez por eso hoy, Domingo de Resurrección quiero limpiar mi vida y bajando el ritmo cardiaco he viajado al pasado, ¿unos meses?, ¿unos años?, ¿unas décadas?, ¿hasta el primer amor?… ¡que mas da!, lo importante es que, mientras veo llover, la mano del viejo duende de la ternura me ha impulsado de nuevo, como un niño, a exhalar otra vez mi aliento sobre el cristal frío, dibujar un corazón enorme, imaginar un rostro amado y escribir en el centro solo dos palabras… ¡TE QUIERO!

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